Gingivitis: más que encías inflamadas

Si no se trata oportunamente, la gingivitis puede convertirse en periodontitis, la cual es una de las principales causas del desprendimiento de los dientes en adultos y personas de la tercera edad.

Aunque la primera señal de gingivitis es el sangrado de encías, a menudo el paciente presenta también halitosis (mal aliento) persistente o mal sabor de boca, además de que sus dientes pierden firmeza y se mueven con facilidad.

Durante la menopausia aumentan las probabilidades de sufrir la llamada gingivitis descamativa debido a que las capas externas de las encías se separan del tejido subyacente, dejando al descubierto las terminaciones nerviosas.

La gingivitis es la primera manifestación de leucemia (cáncer en la sangre) en casi 25% de los niños con este padecimiento, cuyas encías enrojecen y sangran con facilidad (la sangre no coagula con normalidad). En estos casos se recomienda sustituir el cepillo de dientes por una gasa o esponja para la limpieza dentobucal.

Los cambios hormonales que experimenta la mujer durante la gestación son responsables de la llamada gingivitis del embarazo, además del descuido de la higiene bucal debido, generalmente, a las molestas náuseas matutinas.

Cuando permanece más de 72 horas en la superficie dental, la placa dentobacteriana se convierte en sarro y difícilmente puede eliminarse del todo con el cepillo y el hilo dental; para entonces sólo el dentista puede removerla con el instrumental adecuado.

La inflamación de las encías (gingivitis) generalmente es consecuencia del cepillado dental incorrecto, ya que permite que la placa dentobacteriana permanezca sobre la base de los dientes.

Sin duda, el mejor tratamiento contra la gingivitis comienza controlando la placa dentobacteriana a través del cepillado de dientes después de cada comida, acompañado del uso diario del hilo dental y la visita al odontólogo, por lo menos, dos veces al año.

Ciertos cambios en el estilo de vida pueden reducir la probabilidad de desarrollar este trastorno. Conviene, por ejemplo, dejar de fumar y disminuir el estrés, ya que ambos factores dificultan al sistema inmune del organismo luchar contra las infecciones en las encías.

Según estudios, las personas que padecen gingivitis (comparadas con quienes gozan de encías sanas) tienen más probabilidad de desarrollar trastornos del corazón o problemas para controlar el nivel de glucosa en sangre.